En estos días parece que en la redes sociales, sólo se publican comentarios negativos. Si se lanza una iniciativa nueva, aparecen críticas negativas acerca de porqué se hace y porque no se hizo otra cosa. También, hay quién apunta a señalar lo que falta para completarlo y que sin eso no sirve para nada. Si se decide no avanzar con una idea, solo se puede decir que era una mala idea. Estos comentarios son creados sin pensar, producto de elaborar una crítica en 5 minutos, y volcadas para siempre en los medios sociales. Sin considerar el tiempo y esfuerzo de los voluntarios, quienes en su escaso tiempo libre, colaboran con el proyecto.

Las críticas y los desacuerdos son fundamentales para poder mejorar y parte íntegra de un proceso colaborativo. Una persona muy cercana me dijo una vez que las críticas son oportunidades de mejora. Entonces, para mejorar el nivel de discusión actual, necesitamos elaborar mejor nuestras críticas.

Yo soy testigo de la transformación de un crítico inclemente, empoderado por sarcasmos, a voluntario que se ofreció a solucionar un problema, y en el proceso entendió como no era tan fácil solucionar el objetivo de sus oscuros comentarios.

Hoy en día, con la velocidad de los medios en línea, las críticas se expresan producto de la frustración, en 140 caracteres, sin ofrecer la posibilidad de un debate rico o respetuoso.

Para expresar un desacuerdo en una crítica constructiva, el primer paso es describir adecuadamente el objeto, con todos los beneficios que se pueden encontrar. De esta forma, reconocemos el estado actual. En definitiva, sin el objeto no habría debate. Luego, está la definición de la expectativa, lo que esperamos del objeto, lo que se está logrando actualmente y, por último, la crítica con la definición de lo que se espera que cumpla y por qué no lo está haciendo hoy en día. Por último, la crítica debe ser dirija directamente al autor o equipo responsable, para poder abrir un diálogo beneficioso para ambas partes.

Entiendo que expresar un desacuerdo de esta forma lleva más tiempo (así como también escribir este artículo), y require un medio de comunicación que permita todo este alcance para un análisis comprensivo. Adicionalmente, al involucrarnos directamente en un diálogo, nos volvemos parte de la colaboración. En mi opinión, está es la forma como realmente podemos producir una mejora.

En la práctica, los comentarios negativos son críticas directas (por ejemplo, tweets) con la peor forma de argumentación, con la famosa “falacia ad hominem”. Se apunta a las características de la persona en lugar de acto y no al acto en sí. En términos de un artículo clásico, How to Disagree, la forma más elemental de expresar un desacuerdo, la descalificación personal: DH0. Name-calling o DH1. Ad Hominem.

Por otro lado, podemos escuchar comentarios como “hay extensiones que son como leña seca”. Este es un claro ejemplo de la Falacia por analogía falsa. El argumento puede tener un valor poético o expresar un estado de ánimo del autor. Pero, dado que los paquetes de software no son madera, no es un argumento válido que pueda ser respondido. Siguiendo la falacia, una respuesta posible sería “las extensiones están vivitas y coleando”. Al final de cuentas, también un argumento sin valor.

En resumen, este artículo es una invitación a buscar la mejor forma de expresar nuestros desacuerdos, tomarnos el tiempo de elaborar la idea y las propuestas de mejora. En esta búsqueda podemos señalar contradicciones y refutar ideas, en un debate que sólo puede ayudar a colaborar juntos en nuestra comunidad. Los equipos de colaboración de la comunidad están siempre abiertos a recibir comentarios y críticas para enriquecer una relación constructiva.