Todos sabemos la importancia de actualizar los componentes de terceros instalados en nuestras webs; además de corregir errores, en numerosas ocasiones también solucionan problemas de seguridad que pueden ser usados para comprometer nuestra web. Como en ocasiones estos componentes están modificados, muchos administradores obvian la tarea de actualizarlos, lo que abre la puerta a posibles ataques que pueden tener consecuencias desastrosas para nuestra web y, por ende, para nuestra reputación.